Venezuela y los venezolanos lucen paralizados, la vanguardia opositora se ha convertido en analistas de fotografías, de los lenguajes gesticulares de los impostores, de señales sobrenaturales, rituales esotéricos, runrunes chismo-grafía y sermones con los cuales se veja a una oposición estatuaria. Con el fin de orientarse en la incertidumbre que han creado los avezados del régimen, con la simple misión de ocultar el verdadero diagnostico del presidente electo, creen ganar tiempo y tomar las decisiones con ventajas en un eventual escenario electoral.
Si los peregrinos no logran satisfacer su objetivo de encontrar un líder en buenas condiciones físicas y mentales que es deseo también de muchos venezolanos, regresaran igualmente en INCERTIDUMBRE, lamentado la situación y sin el cheque de la mesada correspondiente. En Venezuela se espera la llegada del Presidente Correa: agnóstico como es él, impulsado por su faceta narcisista y prepotente, después de analizar los hechos In Situ, expresará que el hijo real de Bolívar está en el ombligo del globo terráqueo y no en la ciudad que lo vio nacer. (Caracas). El tiempo implacable como ninguno continúa siendo adverso al ocultamiento de la verdad y a cada hora la decepción de no ver al líder impulsará el descontento en las filas del oficialismo.
La dialéctica se expresará o en procesión de San Benito: folclórica alegre y festiva o en su lugar a la del viernes santos, donde la pasión y muerte simbolizan el sacrificio y el arrepentimiento.
En síntesis: otro beneficiario de misión internacional de los aprovechadores del oro negro, el señor Evo, no vio lo que pudo haber visto y en Nueva York, confesó la gravedad del caso…
Jesus Israel Fernandez G.
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