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sábado, 30 de marzo de 2013

LA GRAN CONSPIRACION



La obsesión es una enfermedad mental que se apodera de la conciencia humana y domina a la persona que la sufre.
La epopeya del libertador Simón Bolívar ha sido investigada a tal profundidad que siempre de acuerdo al autor o su mentor de turno la interpretación de su legado histórico, regresa con fuerza mitológica a la realidad de nuestros días.
En Venezuela dos personajes del siglo pasado padecieron de delirios de grandeza al creerse ungidos por el espíritu del Libertador, a tal punto que sus hazañas en batalla eran comparadas con el drama guerrerista del Libertador. Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, este ultimo sus aláteres mantuvieron en secreto la verdadera fecha de muerte para anunciarla el 17/12/1935, para que coincidiera con el día y el mes de la muerte del Libertador y completar su mito, porque además se asume que nació el día y el mes que nació el padre de la Patria. Anhelando ser un perfecto Siamés bolivariano.
El tercero fue Hugo Chávez, personaje obsesivo sobre expuesto a todas las interpretaciones de historiadores, poetas y filósofos que han dedicado letras al Libertador que junto al dictador de Cuba quien mimetizado con la historicidad venezolana, impulsó la llamada Doctrina Socialista Bolivariana, cuando el Comunismo inviable terminó de arruinar la isla convirtiéndola en un modelo de esclavismo moderno, donde no hay libertad y se aprecia una subversiva descomposición social, sin embargo este mortal caribeño se dedicó a ser el maestro del sabaneteño que andaba en una propuesta de Democracia Participativa y protagónica y lo convirtió en un sumiso discípulo para encausarlo en su proyección personal, en su mitología obsesiva y adherirlo a su pseuda religión vinculada al FAUSTISMO, complementado con la mitología Congo africana, así logra su extensión y proyección para multiplicarse en un hombre que en su manos amasó la posibilidad de hacer mucho más por su pueblo, pero el objetivo era la satisfacción mitológica del maestro para conducir al infausto venezolano a lo absurdo de su paso por la vida.
Dos seres antagónicos y semejantes a la vez, uno que odia a los militares que se forman para defender la paz, la soberanía física y social y la constitución y el otro que ampara, propicia y fortalece la violencia contra lo establecido. Ambos “Bolivarianos” uno a punto de morir (hoy difunto) y el otro enfermo casi terminal, escenario propicio para indagar el lugar de reposo de unas muertes inevitables, pero estos personajes obsesivos han aprovechado fácilmente la debilidad de quienes deben guardar respeto y solemnidad por nuestros héroes, han permitido y permiten ofensas a nuestros líderes de la independencia y han aceptado no se sabe hasta que punto, improperios contra José Antonio Páez, el mas valiosos de nuestros llaneros, pero lo que no tiene parangón en este aciago momento es haber profanado la tumba de nuestro Libertador, quien sabe con que propósito oscuro y la gran pregunta para esta gran conspiración: ¿Donde están los restos verdaderos del más grande hombre de América y del expresidente? Q.E.P.D. Cinco personajes están ligados a ésta incógnita: Bolívar, Martí, El Ché, Fidel y ahora Chávez y es probable y perfectamente factible el proyecto de estar juntos en el mismo lugar para la posteridad, el propósito es crear el lugar de inspiración de los futuros obsesivos líderes políticos, lugar de peregrinación y sumisión para tomar juramento para romper las cadenas de sometimiento de los pueblos que deben luchar por un mundo oscuro y violento. Ante esta mitología enfermiza, nada tiene de excepcional que los venezolanos estén alumbrando una representación equivocada, burlándose de la orfandad y la buena voluntad de algunos venezolanos.
Cuando la fuerza del rumor, esta famosa palabra que en nuestra vida es la causante de la mentalidad del realismo mágico y la fantasía mitológica que muchos de nosotros padecemos,  su principio se inoculará dando origen a al síndrome obsesivo y esta obsesión creará el rumor, este es el mito y así se construirá el santuario para la posteridad. “Aquí están (estarán) los héroes latinoamericanos” de los pueblos que se niegan al sacrificio de reconstruirse por efectos de la megalomanía de sus líderes.
Esta conspiración hipotética contra el héroe de la patria es posible y siempre será sospechosa la exhumación y el destino de sus restos. La verdad conoce tanto a la mentira que cuando se le presenta metamorfoseada frente a frente, ésta sucumbe ante la historia.

Jesús Israel Fernández G.

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