Exceptuando las particularidades históricas de los
siguientes eventos, este país ha sido estafado amplia y continuadamente.
Cipriano Castro con su compadre Juan Vicente Gómez
formó una “banda Bolivariana” tomó el poder por efecto del exacerbado abandono
del país, sumido en una pobreza extrema, el analfabetismo era casi general en
toda la población y la vida rural en los campos cafetaleros, el cacao, caña de
azúcar, el añil y otros productos de auto consumo daban el perfil de una
sociedad rural y de desigualdades.
La doctrina Bolivariana sirvió de inspiración y estos
andinos nos gobernaron hasta 1.935, donde el país a pesar de su atraso se abría
paso hacia una nación petrolera a futuro.
Eleazar Lopez Contreras, Isaías Medina Angarita, Don Rómulo Betancourt, conformaron la
transición hasta las elecciones donde se elige el primer presidente por
voluntad popular: Rómulo Gallegos. El Militarismo vuelve a la carga y Marcos
Pérez Giménez conduce al país hasta
1.958, culminando el periodo militarista y el advenimiento del sistema
democrático 1.958-1.998, años de la mayor avanzada social en infraestructura,
educación y libertades económicas, en su intermedio sucedieron altos y bajos en
la economía mundial que tocaron significativamente al país y se produce un
deterioro económico y una crisis en la
conducción política del país que desemboca de nuevo en un militarismo de
fachada democrática, en 1.998 regresa a la república el “Bolivarianismo mezclado
con Socialismo y Esoterismo". El país no solamente ve en funciones de gobierno a
militares sino que detrás de su fachada democrática el estado es asaltado por
una banda de comunistas.
Este advenimiento del comunismo militarista está
atracando el país tan desmedidamente que ha entrado en una crisis económica,
ética y moral que a estas alturas, el análisis y el diagnostico indica que es
imposible superar.
Este fragmento histórico nos invita a pensar si
seguiremos soportando esta banda que no solamente ha empobrecido al país, sino
que lo están destruyendo y lo último, lo están fragmentando y regalando el
territorio a otros estados Guyana y Brasil, destruyendo nuestra identidad.
Lo curioso de este país es que en la oposición no
todos son opositores, por cuanto conviven con gobernantes civiles y militares
quienes al igual que la oposición no están homogéneos con el régimen, las
iglesias también tienen sus comunistas solapados y la república sigue en el
oscurantismo y en la oscuridad.
Es urgente dejar de pensar pendejadas y en billetes
verdes y actuar con determinación: La Democracia nos espera…
Jesús Israel Fernandez G.
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