En Venezuela el cambio es irreversible, el colapso
económico es un hecho real y pondrá en alerta a los pocos inversionistas y
prestamistas al régimen, que cerrará con una inflación récord, una de la más alta en el mundo, como consecuencia de la GRAN ESTAFA DEL MODELO SOCIALISTA DEL SIGLO XXI.
El régimen al renunciar a la C.I.D.H. ha puesto de
manifiesto el perfil de un gobierno sin soluciones a la crisis, para culpar a
la oposición y violar los DDHH sin reparo alguno. Quien dirige la conducción
del ejecutivo desde que se encargó de la presidencia violando la Constitución y
a su vez fue candidato presidencial y participó en unas elecciones que aún
existen duda de su legitimidad, asume la presidencia y aun después de varios
meses los venezolanos no tienen información de que tipo de gobierno recibió, no
existe una entrega formal antes de las elecciones y le dan continuidad
administrativa, donde no solamente ejecutan una devaluación brutal, sino que se
agudiza la crisis de los servicios públicos y el abastecimiento alimentario y
lo más significativo: ¿En donde se gastó la inmensa fortuna de todos los
venezolanos?.
La incertidumbre en la economía está creando desconfianza
en los prestamistas y la presión social sumada al déficit de divisas está
indicando que quienes están con un interés oculto es la cúpula de “los enchufados” que han empezado a manejar
la idea de entregar el poder sin entregar cuenta, en conclusión este fracaso
comunistoide es imposible auditarlo. Lo paradójico de este escenario es que el
propio gobierno ha observado la viabilidad de encontrar su “tabla de salvación”
para ocultar la gran estafa nacional: entregar el gobierno por la vía extra
constitucional, o sea, un golpe de estado acordado y huir sin entregar cuentas.
Jesus Israel Fernandez G.
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