"Nuestra actitud vital también es historia. Quiero
decir, los hechos históricos no son el mero resultado de otros hechos, sino de
una voluntad singular, capaz de regir dentro de ciertos límites su
fatalidad.": Octavio Paz, El
laberinto de la soledad.
La fatalidad del gobierno de Venezuela es equivocarse
hasta el final, el régimen en su intento de imponer un modelo cívico militar fallido,
ha fracasado y está llegando a su etapa terminal.
El colapso del régimen deviene del analfabetismo político
y económico, creando una catástrofe social y dentro de esa irracionalidad afortunadamente
no generalizada, se trata de imponer una guerra
sicológica, construyendo las condiciones de un conflicto de magnitudes sin
importarles las vidas y las muertes que pueden ocasionarle a la sociedad, por
la debilidad en que se encuentra, inmersa en un escenario prácticamente de
crisis humanitaria.
Continuar auspiciando un conflicto social, político y
militar desde el gobierno es un acto criminal, donde nadie gana y todos
perdemos.
El terreno donde se encuentra ubicado el gobierno
nacional es la ciudad más vulnerable en un probable conflicto, sin agua y
electricidad, alimento y medicinas, donde millones de ciudadanos están desamparados sin seguridad
ciudadana, es obvio que estaríamos superando “El Caracazo” en lo cuantitativo,
en lo perverso y en su fatalidad.
El entendimiento entre oposición y gobierno es un
escenario difícil pero no imposible de construir, ni siquiera a llegado a un
final, porque nunca hubo un principio.
La Iglesia católica, institución en Venezuela que goza
del mayor prestigio en la sociedad, observando el escenario convulsivo de los venezolanos,
se ha ofrecido como mediadora, anticipándose al cercano conflicto y podría auspiciar
una mesa de dialogo y mediar entre las partes para que se inicie una agenda
conveniente, para buscar una salida negociada, hacer lo contrario o rechazar
esta oferta, entraríamos a corto plazo en un escenario “Sálvese el que
Pueda”
El Estado Venezolano, ha perdido presencia y gobernabilidad
en muchos municipios foráneos a Caracas, no solo en el tema de la inseguridad y
control social institucional, sino en el distrito capital donde se ataca con
material de guerra a las instituciones policiales.
En un tercio del país prácticamente no existe un gobierno
institucional, incluso podrían trabajar de 8 a 12 y 2 a 6 y tendrían la misma efectividad, la
impunidad en las ciudades y pueblos ha creado grupos fuera de la ley que hacen las veces de
autoridad de las autoridades.
La ingobernabilidad se manifiesta y en cada municipio y
sectores sociales se han creado prácticamente gobiernos y control social de
mafias y delincuencia común con la participación de funcionarios de seguridad
corruptos que imponen sus propios criterios para la aplicación de sus códigos
de comportamiento para el control de combustible, droga y tráfico de armas.
Conatos de caos social de carácter anárquico se
manifiestan en la lucha por conseguir alimentos, lo insólito: una señora dio a
luz, en otras palabras trajo al mundo su bebe en una cola para conseguir
alimento.
Mientras la anarquía es un acontecimiento en desarrollo
en todo el país, se exacerba la batalla Constitucional y Jurídica donde el
estado está utilizando todo su arsenal para imponer su carácter de ESTADO
FORAJIDO en su estrategia de abandonar el país en una convulsión social y no
entregarle cuenta al pueblo y a la justicia.
Jesús Israel Fernández G.
@jeistiven
@jesorfer3
@MejorPortuguesa
04244720166
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