Las campañas electorales del Brasil siempre han transcurrido con
pronósticos anticipados, (En este escenario: Jair Bolsonaro será el próximo presidente del Brasil) donde se han impuestos los
liderazgos fuertes, acompañados de plataformas electorales que orgánicamente
tienen referentes económicos, el apoyo del gobierno, las instituciones y los
gremios.
En toda campaña electoral ocurren eventos que inciden en los
electores y en sus resultados. En Venezuela trascurría la campaña electoral del
año 1.978 y al candidato presidencial Luis Herrera Campin en visita a un barrio
de caracas le propinaron un “CABILLAZO”, este hecho introdujo un elemento que
no solamente produjo un rechazo de la población, sino que creó una victimización
al candidato y creó una adhesión emocional con los electores que consolidó el
triunfo en las elecciones presidenciales.
El gobierno de TEMER se puede caracterizar como un gobierno
de transición rescatado por un parlamento que anticipó la gestación de una
destrucción mayor de la economía por efectos de la corrupción y de su
institucionalidad representada en la heredera de LULA. El presidente Temer
pasaría a la historia del Brasil como un ciudadano que logró por el camino de la
legalidad realzar la moral de un país donde no hubo tiempo para que se consolidara
una “MAFIA” GUBERNAMENTAL metamorfoseada en el poder ejecutivo, Petrobras, el
poder Judicial y en algunos parlamentarios del congreso. Este ciudadano pudiese representar hoy al conjunto de líderes de la reserva Moral y política del Brasil abrazando la democracia.
Las ideologías que se han querido implementar en LATAM han
dejado más problemas que soluciones se desvían de sus proyectos programáticos y
devienen en populismos, totalitarismos y control social, en otras palabras se
alejan del sistema democrático.
El otro factor que se propaga por toda la América es el
intento en Venezuela y últimamente en Nicaragua de unos regímenes que han demostrado en sus resultados de
gestión que son unos creadores de crisis económica, pobreza, miseria y
destrucción del sector productor, inductores de migraciones, violadores de los
derechos humanos, socios de la delincuencia organizada y del terrorismo. Este
escenario lo representan los candidatos del Partido de los Trabajadores (Hoy
devenido en el partido de los malhechores), un escenario que es del
conocimiento del sector de la clase media del Brasil, profesionales,
industriales, comerciantes y las redes sociales que tomaran la decisión de
votar en la primera vuelta por el candidato que fue vilmente apuñaleado por un
militante de esa izquierda corrupta y creadora de odio, adversidades y
barbaries.
Jair Bolsonaro no solamente ganará la primera vuelta y la
segunda, será el próximo Presidente de Brasil y mejorará lo bueno (que no es tan
abundante), rectificará lo malo (porque aún quedan personajes vinculados al
P.T. y al Socialismo del siglo XXI que tiene huellas corruptas en todo el
territorio y en las instituciones) y hará todo lo que tenga que hacer para
logran una reforma a fondo de las instituciones para adaptar el tren
burocrático al gran desafío un Brasil para los brasileños, donde la producción
sea lo prioritario, un Brasil para América y el mundo.
Jesús Israel Fernández
G.
@jeistiven
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.