La fe es el único impulso de conciencia para avanzar en la liberación de
los ciudadanos y los pueblos, creer en Dios, en la iglesia y en sus conductores
que dedican su vida a la sanación espiritual aunado al poder individual que nos
hace libres y nos induce al despertar como lo indico el Santo Padre Juan Pablo
Segundo, es un acto de fe.
La praxis política en Latinoamérica donde el avance del comunismo, la
violencia, el narcotráfico, la pobreza y la injusticia generalizada son
factores incendiarios provocadores de divisiones y conflictos que conducen al
pecado, a la degradación personal y solo pueden tener un contrario de magnitud,
con el pilar de la fuerza espiritual
sostenida acompañado de una organización que este presente en todos los
rincones del mundo.
El escenario nacional venezolano e internacional anhela un representante en el vaticano con
experiencia, trato, determinación, estoicismo, fraternidad, excelsa oratoria,
teólogo, humilde y de moral inquebrantable.
Gracias a Dios en Venezuela el mundo tiene un Cardenal que no se ha
doblegado ante la opulencia y mucho menos ante el impulso despiadado de las
fuerzas, malignas de un modelo que intenta someter a los hijos de Dios a sus
designios.
Su Eminencia Jorge Urosa Sabino un solemne pastor que ha sabido retener
las fuerzas retrogradas cuando algunos de sus colegas en esta región del mundo
conviven con los facinerosos, esclavistas que esconden su conciencia oscura detrás de los símbolos del poder de
sus países.
Hubo ser necesario que un siervo de Dios ablandara hasta su caída final
el muro de Berlín con su fuerza espiritual por la fe.
América necesita un enviado desde
el Vaticano un San Miguel de carne y hueso como su Eminencia el Cardenal Jorge
Urosa Sabino.
DIOS GUÍE SUS PASOS. AMDG
Jesús Israel Fernandez G.
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