El vocero del régimen
25%, la MUD 10%, La Resistencia Civil 65% de aceptación, en la coyuntura actual.
El dialogo
nacional (aún sin mediador imparcial), entre el régimen y la Mesa de la Unidad Democrática,
“es un mientras tanto”
¿A quien le
preocupa la crisis del país?, por supuesto que a los dialogantes que se han
descubierto ante una nación que se niega a ser dominada y sometida a una
dictadura totalitaria y criminal.
El militarismo en
democracia modelo que identificamos desde el año 2.000 es la fachada del
socialismo del siglo XXI y desde el inicio de las protestas publicas ha perdido
cerca del 50% de sus adeptos, se prevé que la deserción continuará y se teme su
participación en la resistencia al régimen en un esquema de insurrección
popular.
Las exigencias opositoras y la negativa del régimen
en parar la escalada creciente de la represión, el crimen y la impunidad,
agudizan las contradicciones en lo económico y social, y en lo político y
militar, dos escenarios de alto poder explosivo en Venezuela.
El rechazo a las políticas
publicas esta llegando a la cifra de 75%, tres cuartas partes de los ciudadanos
de este país ven con hostilidad la implantación de la tarjeta de abastecimiento
o “tarjeta de consumo cubano”.
Los diferentes
precios de la divisa y los productos de bienes y servicios, tiene todas las características
de un corralito financiero y en consecuencia la inflación, el alto costo de la
vida y el desabastecimiento está creando las condiciones de un “MADURAZO”
Concepto creado en
los barrios populares, un símil al caracazo del 89 a corto plazo.
Lo grave de este
escenario es que el régimen no tiene capacidad para crear un plan creíble,
estable y beneficioso para mantener sus funciones constitucionales y de
derecho, actúa como una vulgar y despiadada
dictadura reprimiendo, intimidando, encarcelando y asesinando las ilusiones de
los jóvenes irreverentes, que han despertado y luchan por un mejor país.
Se acercan las tempestades: el 1° de mayo,
fecha cuando se realizan los aumentos salariales, actualización en aumento de tarifas
en el transporte público y los ascensos militares, estos eventos acelerarán el
descontento nacional.
El liderazgo político
de la oposición está siendo sustituido por un movimiento alternativo, motivado
por la detención de los presos políticos, exiliados y nuevos actores del amplio
espectro de la juventud venezolana, sus seguidores se han radicalizado y no
claudicaran al temor de ser perseguidos, atrapados y juzgados por impostores
del derecho leguleyo, carente de doctrina moral y con ética despreciable.
Los lideres de los
partidos políticos opositores en su afán de conservar sus maltrechas
organizaciones, curules y relaciones clandestinas con el régimen, se han
separado de la desobediencia civil, que avanza en una acción generalizada
cuando están por coincidir todos los factores componentes de la crisis.
Quizá el régimen y
la MUD piensan que representan al país en su totalidad, en su equivoco están
expuestos a ser calificados de traidores, soplones y complacientes de las políticas
publicas del régimen.
La política actual
en Venezuela se esta pareciendo al año 57 del siglo pasado que al 2014.
El sector militar
entrenado para manejarse en las aguas turbias de diferentes escenarios reales y
predictivos, conoce de la debilidad de la conducción política del estado, de la
eventualidad de perder un referéndum revocatorio, una constituyente o cualquier
evento electoral. Mientras tanto se preparan unas elecciones municipales
fraudulentas en su fondo y forma, que si sale la gente a votar serán el termómetro
de lo anterior. Saben que han pulverizado sus sueldos, la crisis les afecta igual
que a cualquier civil, no tienen respuestas concretas del Estado y ven con
preocupación la incoherencia de la administración publica.
Para que Preocuparnos
por ese “tercio” si la mayoría del país a despertado al eslogan:
¿Quiénes somos? = ESTUDIANTES… ¿Qué queremos? = LIBERTAD.
Jesús Israel Fernández
G.